“ Los movimientos sociales en la Argentina a partir de la década del 90”
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Silvia Laura Rodríguez () Ponencia presentada el 31 de Mayo en “ XVIII Encuentro Nacional de Economía Política” organizado por la Sociedad Brasilera de Economía Política –SEP Para comprender el origen y desarrollo de los movimientos sociales en la Argentina, es imprescindible pensar que ocurría en el contexto internacional desde fines de los 80, caracterizado por la vigencia del Consenso de Washington y la hegemonía ideológica de la Doctrina del Pensamiento Único Neoliberal. Lo cual se tradujo para América Latina, en políticas de ajuste económico, lexibilización laboral y soberanía del Mercado . En particular para Argentina, significó: la privatización de las empresas publicas, la desregulación del mercado financiero y el achicamiento del Estado como tal, junto con la reducción de su papel interventor . Por otro lado, la apertura comercial irrestricta, afectó a la industria local, generando una creciente desindustrialización. Estas políticas, junto con la flexibilización de las leyes laborales, produjeron graves consecuencias en nuestra sociedad, como la precarización laboral, una elevada desocupación (alcanzando en el 2002 al 24% de la PEA) y una importante franja de la población en estado de pobreza. () Licenciada en Historia (UBA) e integrante del CEMOP
En función del abordaje del tema propuesto, se realizó un rastreo bibliográfico, de
diferentes autores (los cuales son citados posteriormente), quienes trabajaron el periodo
1990-2010, buscando las coincidencias entre ellos, de tal manera de poder obtener un
cuadro del movimiento social en nuestro país, durante aquel período.
Diferentes etapas del movimiento social:
En este marco, a comienzos de los 90, se produjeron las primeras reacciones a las
medidas implementadas por el gobierno de Carlos Menem ( 1989 – 1999), sobre todo
desde los trabajadores del Estado, afectados por el proceso de racionamiento de sus
puestos de trabajo y desde el gremio docente, en defensa de la educación pública.
Podemos decir que, en esta primera etapa, la movilización social, solo se caracterizó por
ser “llamados” o “alertas” sobre lo que estaba pasando, sin lograr constituir una oposición
fuerte a las recetas recesivas.
Al cabo de una década de Neoliberalismo, el modelo va entrando en crisis, tanto por la
desestructuración económica, social y política que provocó, como por el agotamiento del
propio modelo. Así podemos entender, el porque de la reacción de 1999 en Seattle, donde
grandes manifestaciones de personas, se oponen a la Cumbre de la Organización
Mundial de Comercio y sus medidas, las cuales perjudicaban cada vez mas a la población
mundial. Este hecho, marcó el inicio de los denominados “movimientos antiglobalización”.
En tanto en nuestro continente podemos encontrar, la insurrección del Movimiento
Zapatista (en México), el avance del Movimiento de los Sin Tierra ( en Brasil) y los
Movimientos de los Pueblos originarios ( en Bolivia y Ecuador), quienes llegaron a poner
fin a gobiernos antipopulares de turno. Todo lo cual, refleja claramente el planteo de Atilio
Borón, quien marca la pérdida de hegemonía del Imperialismo en el ámbito de la sociedad
civil y el pase a la ofensiva de diversos movimientos “Antisistema” que generaron una
fuerte resistencia.
Para el caso de Argentina, la movilización general del periodo 2000-2001, representó una
reacción generalizada al modelo y a la clase política que lo llevó adelante. Se produjo un
importante ascenso de las luchas, durante las cuales, aparecieron nuevos movimientos
sociales, que mostraron en primera instancia: la crisis de las formas tradicionales de
participación como sindicatos
y partidos políticos, que fueron rebasados por el accionar espontáneo de la
población; en segunda instancia la necesidad de horizontalidad y transparencia, como
características de funcionamiento , lo cual se tradujo en que el formato de “Asamblea”
resultaba el único instrumento legítimo, para la toma de decisiones. Por ultimo la
“solidaridad”, se fue instalando como norma, ante el desgarramiento del tejido social , la
necesidad de sobrevivencia de diferentes sectores de la población y la falta de respuesta
estatal. En una mirada mas amplia, podemos decir que los autores que analizan el
periodo, concuerdan en que alza de la conflictividad, no tuvo una dirección estratégica,
mostrando contradicciones y fracturas entre los diferentes grupos.
Origen y caracterización de los movimientos sociales:
El origen de estos nuevos movimientos sociales fue múltiple, tales como :
Las redes territoriales, que se dieron en torno a la vecindad
La desocupación, como elemento que unificador, al ser excluido del sistema
La problemática en común que afectaba a una zona y permitía aglutinar fuerzas
El quiebre de empresas y falta de alternativas de trabajo, que hace surgir la
necesidad de dar continuidad a la empresa donde se estaba.
Estas diferentes situaciones dieron lugar (en base a la clasificación realizada por Héctor
Palomino ) a :
-Asambleas barriales y movimientos zonales: Fueron conformadas por sectores medios,
que se planteaban objetivos maximalistas tales como: la democracia directa y caducidad
de los mandatos electorales actuales (“que se vayan todos”). En cambio su accionar
puede calificarse, como minimalista, ya que buscaban el libre ejercicio del diálogo en las
calles, la creación de comedores, bolsas de trabajo y huertas comunitarias. Aunque su
preocupación no estaba puesta en la supervivencia, sino en la transformación de los
valores institucionales vigentes y la realización de acciones simbólicas
-Movimiento de Desocupados o Piqueteros. Formados por trabajadores desocupados,
que en principio reclamaron el reingreso al mercado de trabajo, cortando las calles y rutas
. El inicio de esta forma de lucha, tuvo su origen en la provincia de Neuquén, en las
Jornadas de Cutral-Co en Abril de 1997, donde desocupados y docentes cortaron la ruta y
fueron violentamente reprimidos, por la policía provincial, en cuyas circunstancias fue
asesinada Teresa Rodríguez. Al tiempo y ante la falta de soluciones, para tener un nuevo
puesto de trabajo, comenzaron a reclamar al Estado, prestaciones de asistencia en
alimentos e ingresos. Desde la forma que adquirieron sus acciones, pueden verse como
de corte maximalista, por la presencia en las calles , el corte y el peso que ejercían,
aunque sus reinvindicaciones eran mínimas, quedando reducidas a bolsas de comida y
subsidios. Un punto a destacar, es que estos movimientos, se constituyeron en un
espacio de contención, diálogo y resistencia para la población que sufría la pobreza como
la desocupación.
-Movimiento de las Fabricas recuperadas: Tuvieron un primer inicio hacia 1995, buscando
la autogestión, ante el inminente cierre de las empresas y la imposibilidad de reubicarse
en el mercado laboral . Así, se produjo en principio, la ocupación de la fábrica, la
resistencia al desalojo y la posterior puesta en marcha de la producción ( lo cual implico
un acuerdo con proveedores y clientes para reiniciar el ciclo productivo). La consigna fue:
OCUPAR – RESISTIR- PRODUCIR. Los sindicatos, salvo excepciones, no tuvieron
injerencia en este movimiento, por el cual en realidad se sintieron amenazados. Así las
empresas recuperadas, comenzaron a extenderse y adquirieron diferentes formas
jurídicas desde las sociedades anónimas, hasta las cooperativas, que se transformó en el
marco jurídico mas conveniente, ante la posibilidad del inminente desalojo por la patronal
y para permitir la igualdad con todos los compañeros, los cuales ya no eran obreros, sino
socios entre sí. En este contexto, después del 2001, las empresas autogestionadas,
lograron articularse con las asambleas barriales y los movimientos piqueteros, con lo cual
conformaron un frente de lucha más consistente. A partir de 2003, el Gobierno de
Kirchner, colaboró en darles una estabilidad jurídica, que les faltaba. Al 2009, hay en
existencia 270 fábricas recuperadas, si bien no es un movimiento mayoritario, tiene un
valor cualitativo mucho mayor, desde el punto de vista que implica una nueva identidad
para el trabajador, que es dueño de la empresa y como tal toma con sus compañeros las
decisiones en Asamblea, la cual al ser soberana, le puede pedir que cumpla diferentes
roles dentro de la producción o la administración de la empresa En referencia al espacio
en si de la empresa, adquiere otro significado, ya que no hay áreas vedadas y la
convivencia entre los trabajadores, junto con la corresponsabilidad en las tareas que se
demandan, producen una transformación importante en el universo mental de quienes lo
experimentan.
-Movimientos en defensa del medio ambiente: Surgieron en repudio a los daños
producidos por el modo de desarrollo productivo capitalista, ya sea la minería a cielo
abierto ( con el movimiento del pueblo de Esquel en 2003, Río Negro en 2005); así como
también contra la contaminación del río, que producirían las Papeleras a instalarse en la
las costas uruguayas, mas precisamente en la ciudad de Fray Bentos y cuyo epicentro
fue la ciudad de Gualeguaychú (Entre Ríos) y su metodología, el prolongado corte del
paso Argentina-Uruguay, mas la nacionalización del conflicto a través de diversos
reclamos.
Estos movimientos que acabamos de puntualizar , como todos los de nuestra América
Latina, se caracterizaron (siguiendo el planteo del sociólogo Ocie López ), por implicar el
surgimiento de nuevas identidades contenedoras ( ante la desestructuración social del
Neoliberalismo) y por llevar adelante reivindicaciones de inclusión social, y transformación
del Estado, pero sin cuestionar la existencia de la Nación como marco jurídico-político.
Mientras, los conflictos sociales en Europa, se traducían, en el reclamo de separación
territorial, por razones étnicas, lingüísticas o religiosas, poniendo en cuestionamiento el
Estado-Nación existente, tal es el caso de los Balcanes, Chechenia , Irlanda del Norte,
etc.
La política Kirchnerista y sus consecuencias en el movimiento social:
A partir del periodo iniciado en 2003 a la fecha , después de las medidas, que los
gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, pusieron en vigencia dando respuesta a algunas
de las demandas de los movimientos sociales, junto con la inclusión en el gobierno de
algunos de sus representantes y la firme decisión de no reprimir la protesta social, fue
produciendo una merma en la conflictividad social.
Por otro lado, con el aumento de la actividad económica , reaparece el canal sindical ,
que junto con la vigencia de las paritarias, toma nuevamente fuerza como espacio de
negociación. Al mismo tiempo, va perdiendo peso el movimiento piquetero.
El balance de los resultados logrados por los diferentes movimientos sociales , muestra
elementos contrapuestos. Por un lado al planteo del “que se vayan todos” de las
asambleas barriales, se logró un desplazamiento de ciertas
figuras políticas, sin producir un cambio total. Aunque como hecho importante, la política
en si, fue rehabilitada como espacio de negociación y transformación.
Los movimientos piqueteros, fueron disminuyendo su capacidad de movilización, tanto
por la reactivación del ciclo económico y su inclusión en la lucha gremial; como por el
apoyo estatal a los microemprendimientos y la formación de cooperativas de trabajo; pero
fundamentalmente, gracias a la ayuda social, de la cual dependen aun hoy gran cantidad
de argentinos, cuya inclusión laboral, es un tema pendiente..
En cuanto al Movimiento de las Fábricas recuperadas, lograron cierto formato jurídico
para la continuidad de su funcionamiento con apoyo estatal. A su vez constituyen al día
de hoy, una forma embrionaria, donde la fuerza de trabajo avanza sobre la propiedad de
los medios de producción.
Por último en relación a los movimientos en defensa del medio ambiente, es importante
marcar, que sus demandas se contraponen al patrón de desarrollo actual, concebido en
base al Agribusiness, la renta minera y la explotación de yacimientos no convencionales.
En cuanto a sus logros, fueron parciales, aglutinando fuerzas en ámbitos de índole local,
sin lograr una articulación mas amplia. De tal manera que, en determinadas zonas, donde
se realizaba la minería a cielo abierto se logró frenar esta modalidad, pero no ocurrió lo
mismo, en aquellas provincias donde la renta minera es prioridad. Dentro de este
panorama, aparecieron otras formas de explotación de recursos, que abrieron nuevos
interrogantes, con respecto al daño irreversible o no al entorno natural, como por ejemplo
el método de fractura ( yacimientos no convencionales), propiciado por las empresas para
aprovechar reservas de gas shale. La reacción a este tipo de explotación ha tenido
avances limitados, debido a que solo se prohibió en determinadas ciudades, sin
vislumbrarse cambios a nivel nacional.
En tanto, el extenso movimiento contra las papeleras que se instalarían en Uruguay, tuvo
el corte del puente Uruguay-Argentina como forma central y continua de protesta, a lo
cual se sumaron otras acciones a nivel nacional. La duración e intensidad que adquirió el
conflicto, obligó al gobierno a llevar este
conflicto a los tribunales internacionales, con el resultado de que una de ellas, desistió de
ubicarse en el país vecino.
Surgimiento de movimientos sociales regresivos
A partir del año 2008 y en particular en el 2009, en un contexto de baja del crecimiento
económico y crisis política en las alianzas dentro del gobierno, aparecen movimientos
caracterizados por los autores estudiados, como
regresivos de derecha , que tienen como sujeto a sectores de la burguesía y donde se
expresó una polarización, “a favor o en contra del gobierno” de Cristina Kirchner, dentro
de toda la sociedad. De ahora en más, las cacerolas y los piquetes, en manos de las
clases mas enriquecidas, reclamaban:
Contra la elevación de la alícuota a las retenciones por la exportación de soja
( Resolución Nro. 125)
La inseguridad ( que tuvo una primer manifestación mayoritaria con el Caso
Blumberg en 2005)
El “autoritarismo” del gobierno de Cristina Kirchner ( 2007-2011) .
El final de este conflicto, no resultó favorable al Gobierno, ya que el Congreso no aprobó
la resolución y el “campo” adquirió una unidad de acción que nunca antes había tenido,
pequeños productores junto con la Sociedad Rural, a la vera de las rutas y con el apoyo
mediático, ganaron esa batalla. Posteriormente el Gobierno , recuperó la iniciativa
política, a pesar del revés económico y electoral.
Conclusiones:
Considerando lo hasta aquí expuesto, es importante decir, que en función de esta nueva
etapa abierta en América Latina después de la década Neoliberal y teniendo en cuenta la
continuidad del patrón de desarrollo explicado anteriormente y sus consecuencias, se
abre la pregunta , acerca de cómo podría darse, la construcción de una articulación entre
los movimientos sociales existentes en nuestro continente, ya que sus demandas aun no
resueltas, solo pueden tener respuesta, en la formulación de un nuevo proyecto político,
económico y social que involucre a toda America Latina en su conjunto
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